jose maria

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domingo, 8 de enero de 2012

EN POLÍTICA… ¿VALE TODO?


          
Cuando intento enfocar la realidad con las gafas de la política, procuro ver el mundo en su complejidad, a las personas como voces que solicitan ser escuchadas pero que se sienten amordazadas, silenciadas por el griterío político que, en momentos como los que estamos viviendo en los últimos días, muestran lo más sórdido del discurso político en boca de quien debería ser ejemplo de respeto, coherencia y claridad de ideas frete a sus rivales políticos.
Y parece que D. Ignacio Diego, Presidente de Cantabria, de todos
 los cántabros, cada mañana, al llegar a su despacho, se acerca con cierto temor al espejo, que seguro que lo hay, y mirando fijamente se conjura y le pegunta: “Espejo, espejito mágico, ¿Quién es el político más querido de la región?
Y el espejo se ondula suavemente entre un extraño humo, dejando entrever una tez morena, un rostro adornado por un bigote y las arrugas de una experiencia vital al servicio de un sueño.
“Presidente, el político más querido de Cantabria es Miguel Ángel Revilla”.
Y la imagen se desvanece, pero el Sr. Diego ya no es capaz de seguir mirando ese espejo, presa del malestar y del peso de una larga oposición que le sigue llevando por los caminos de la réplica sórdida a un fantasma. Los fantasmas existen. Existen porque los creamos en nuestra mente y construimos su presencia como una realidad. Es como si el fantasma del presidente Revilla, estuviera constantemente en la mente de D. Ignacio. Y me imagino que eso sea un sin vivir. Pero eso no legitima al Presidente de Cantabria, al presidente de todos los cántabros a iniciar una batalla personal contra quien ha hecho un traspaso de poderes ejemplar. Contra quien ha sido y es ejemplo de coraje político, más allá de que pueda gustar o no a unos u otros.  El partido popular en la figura del Presidente de Cantabria, parece haberse confabulado con un fontanero de la política nacional, como se ha destapado el Ministro de Fomento, para plegar la voz de Miguel Ángel Revilla. La voz y la presencia de un hombre que durante 35 años ha hecho de la política una forma de entender el mundo. De verlo desde el sentimiento de pertenencia a una tierra, desde la lealtad hacia quienes han gobernado con él. Y por él. Populares y socialistas. Su lealtad a los pactos es el ejemplo de honorabilidad más elevado, llevando incluso a aceptar las consecuencias negativas, los conflictos, los desvelos y las desilusiones ante la deslealtad con la que desde el gobierno de la nación se ha despachado con Cantabria.  Pueden poner precio a la cabeza política de Miguel Ángel Revilla. Pueden buscar su desprestigio insultando no solo a un político, sino a los 2.000 cántabros que legítimamente le acompañamos a Monzón de Campos para defender lo que consideramos una necesidad imperiosa para nuestra tierra. Pueden estar contando votos, haciendo sus encuestas, delirando con el poder como oportunidad partidista. Pero la falta de respeto deslegitima a quien la ejecuta. Y sin respeto, nada se sostiene en la vida. Ni el amor más apasionado sobrevive si el respeto se pierde. Sr. Diego, Sr. Presidente de Cantabria: Miguel Ángel Revilla debe dejar de ser una presencia fantasmal en sus obligaciones y responsabilidades,  que dimanan de la decisión popular. Miguel Ángel Revilla es un político, un hombre, que es una referencia para Cantabria. La referencia que definió en términos políticos una bella forma de pensar mirando la realidad desde nuestra tierra, desde nuestra cultura, desde nuestra identidad. Y lo será siempre. Por eso es un honor sentirme y ser regionalista, activista de una forma definir la evolución de nuestro pueblo en un contexto global. Miguel Ángel Revilla persiguió un sueño, colocar a Cantabria en España, en el mundo, y hacerlo con progreso para todos. Usted, persiga los suyos, aunque antes debería tratarse sus pesadillas.
Y de verdad, Sr. Presidente. Le juro que ha ganado las elecciones. Créame. ¿Las ha ganado! Por lo tanto, puede… y debe gobernar. Por su bien y por el de todos los cántabros.

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