jose maria

jose maria

miércoles, 11 de abril de 2012

REFORMAS


¿Estamos ante un país perdido?  No lo creo. Nunca lo he creído. Estamos ante una situación nueva, nunca vivida de forma tan angustiosa por parte de tantos ciudadanos, de tantas familias. Estamos ante una nueva realidad que todavía no se ha definido en el espejo de los derechos de los ciudadanos. Sacrificios, esfuerzos, palmaditas en la espalda de ministros alemanes que no sabemos de dónde vienen ni hacia dónde van, consejos paternalistas de una Europa que se pierde en el ovillo de sus propias vanidades individuales. Sacrificios y Reformas. Quizás sean las reformas el altar de los sacrificios en el que inmolar una parte de los derechos ciudadanos para no enfadar al Olimpo gobernado por la diosa germana que arrulla las desgracias de sus vecinos mediterráneos.

Cuando he tenido que pensar en la Reforma Laboral, he llegado a la conclusión, quizás no compartida, de que se trata de uno de los decretos que determinará un cambio drástico en la forma en la que los ciudadanos españoles entendemos la realidad o la hemos entendido durante los últimos 30 años. Parece que el Gobierno de la Nación está dispuesto a salvar a este país mediante su esquema mental, solo el suyo, quizás porque considere que el gobierno anterior hizo lo mismo. Y así, más de lo mismo.  Llegar al poder y hablar de miseria, de calamidad, de imposibilidad de gestionar, es decirle a los ciudadanos  que no opinen, que no reclamen, que no se esfuercen… Ya votaron, ahora, a callar y esperar. Esa parece la consigna que poco a poco cala en la mente de una buena parte de los ciudadanos. Solo sacrificios, solo aquellos que nos dicten los dirigentes mientras siguen mirando hacia atrás.
Las empresas, desde mi punto de vista, son sistemas abiertos de relación con objetivos productivos  sujetos a las fluctuaciones del contexto económico y social.
Las empresas requieren financiación con el objeto de soportar las tensiones de los mercados.
Muchas empresas, y ejemplos tenemos en Cantabria que están soportando la crisis con coraje y ejemplo, han reinvertido en la misma sobre sus propios dividendos, con el respaldo financiero necesario en situaciones de crisis, es decir, de crecimiento o de retracción.
Y la sociedad es un conjunto de personas  con diferentes formas de ver el mundo pero que convergemos en algunos aspectos claves que determinan la capacidad evolutiva del conjunto. Quizás por mi condición de terapeuta de familia, considero que las empresas recuerdan en cierto modo a las familias, de hecho las empresas familiares son estructuras complejas y específicas. Sistemas con diferentes roles, pero objetivos comunes. Y sin embargo, a partir de la reforma, posiblemente la justicia social, la cohesión, empiecen a sufrir una brecha entre quienes tengan acceso a una nueva concepción del bienestar y los que no accederán.
La reforma laboral es el cuestionamiento de las relaciones entre empresarios y trabajadores.
La reforma laboral es el fracaso del Gobierno para generar cambios reales y eficaces del modelo productivo imperante hasta hace 4 años.
La reforma laboral atenta contra la parte esencial  del sistema empresa desde el punto de vista socio económico: el capital humano.
La reforma laboral es la prueba del atrincheramiento financiero respecto al apoyo necesario al empresario.
La reforma laboral es prueba de falta de sensibilidad, de respeto al derecho al trabajo con unas garantías mínimas para pensar en futuro. Es la forma más drástica de cuestionar el futuro profesional de los jóvenes que salen de las universidades con una venda puesta en los ojos.
La reforma laboral limita la implicación potencial de los trabajadores en la empresa, al ser activos productivos solo en función de los resultados económicos a corto plazo. Y como consecuencia, cuestiona algo tan importante como la fidelización del trabajador en un proyecto empresarial que pueda considerar propio.
El perfecto discurso del miedo, la certeza de que no tenemos más agenda que la que marcan países que solo velan por sus intereses, ha conseguido convencernos de que no podemos hacer nada que no sea lo que nos indican los portavoces de  la Europa ricachona en la Moncloa.
Es como si estuviera planteándose una paradoja extravagante: La recuperación económica vendrá de la mano de la vulnerabilidad de los trabajadores, de la derrota de la economía real y del desmantelamiento progresivo del estado de bienestar entendido como un bien de todos. Alcanzado por todos.
Por eso, lejos de mirar hacia las bondades de la reforma laboral, seguiré trabajando en Santander con el apoyo del grupo municipal, del comité local, del propio partido regionalista, por medidas que favorezcan realmente las posibilidades de los empresarios, la financiación de sus proyectos, la liberación de suelo industrial para facilitar el desarrollo empresarial. Estamos decididos a desarrollar el Pacto Territorial para el Empleo. Siempre lo hemos estado. Participamos en todos los escenarios en los que el empleo sea la referencia. Porque es el empleo, la confianza de los empleadores, la confianza en la relación, lo que da la medida del esfuerzo que los trabajadores pueden hacer cuando se les pide que desplieguen todas sus capacidades. Y eso es lo importante en este momento, que los trabajadores sientan que se les pide el despliegue de todas sus capacidades para salir, entre todos, de esta situación que se vislumbra insoportable.

No hay comentarios: