jose maria

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domingo, 26 de octubre de 2014

EL "DEFECTO MARIPOSA"


EL "DEFECTO" MARIPOSA

El imperceptible aletear de luz en las sombras de la vida provoca una liviana corriente de deseo. De oruga protegida, solo consciente de la vida por el latir de su corazón, la crisálida se transforma en bella expresión de un viaje imaginado, deseado desde los sótanos del alma. Aleteo lastrado por los miedos que diluyen colores refulgentes entre los escalones hacia ninguna parte. Lastres o coraje,  tirando del sufrimiento, de anclas fondeados en lodos secos, ausentes de brisa, ajenos al sonido de un mar que descubre la libertad. Vida que tira de relatos grabados en la roca del pasado, olor a humedad que se pega a las alas, que asfixia la existencia en su recorrido hacia el aroma a jazmines. Las cargas sin sueños son lastres, losas atadas al alma. Los sueños enredados a los cabellos de la esperanza se enredan entre las cargas, dejando que el aire se filtre por los recovecos del calcáreo pedernal.  
Y al subir las escaleras hacia sonidos que armonizan con alas de luz, la piedra se convierte en globo y el globo en luna, llevando a la mariposa a un bello rosal que dormita en una terraza mirando al mar. En su batir de alas, el globo luna se suelta de ese cuerpo diminuto y gigante, de frustraciones y esfuerzos,  y las alas golpean el aire inmóvil impulsándolo hacia el cielo, esta noche estrellado. Lleva la brisa el azulado polvillo de las alas, tiñendo la esfera, convirtiéndola en bella y serena bola de cristal azul, planeta azul que se abraza a la luna en espera del amanecer. 
La espalda de una mariposa es flexible, ronda al sol y se posa en cada lugar como un lugar descubierto como propio. La espalda de muchas personas es flexible y robusta, convirtiendo cada día sus lastres en sueños, las lágrimas en una sonrisa que expresa el latir de un océano de recursos latiendo, pasos como alas en movimiento a pesar de un mundo que no reconoce a los hombres y mujeres que mueven sus vidas moviendo las de otros, a  pesar de la sombra permanente a la que son sometidos en el eclipse de ilusiones. Y el “defecto”, se convirtió en efecto… Mariposa.
El imperceptible aletear de luz en las sombras de la vida provoca una liviana corriente de deseo. De oruga protegida, solo consciente de la vida por el latir de su corazón, la crisálida se transforma en bella expresión de un viaje imaginado, deseado desde los sótanos del alma. Aleteo lastrado por los miedos que diluyen colores refulgentes entre los escalones hacia ninguna parte. Lastres o coraje, tirando del sufrimiento, de anclas fondeados en lodos secos, ausentes de brisa, ajenos al sonido de un mar que descubre la libertad. Vida que tira de relatos grabados en la roca del pasado, olor a humedad que se pega a las alas, que asfixia la existencia en su recorrido hacia el aroma a jazmines. Las cargas sin sueños son lastres, losas atadas al alma. Los sueños enredados a los cabellos de la esperanza se enredan entre las cargas, dejando que el aire se filtre por los recovecos del calcáreo pedernal.
Y al subir las escaleras hacia sonidos que armonizan con alas de luz, la piedra se convierte en globo y el globo en luna, llevando a la mariposa a un bello rosal que dormita en una terraza mirando al mar. En su batir de alas, el globo luna se suelta de ese cuerpo diminuto y gigante, de frustraciones y esfuerzos, y las alas golpean el aire inmóvil impulsándolo hacia el cielo, esta noche estrellado. Lleva la brisa el azulado polvillo de las alas, tiñendo la esfera, convirtiéndola en bella y serena bola de cristal azul, planeta azul que se abraza a la luna en espera del amanecer.
La espalda de una mariposa es flexible, ronda al sol y se posa en cada lugar como un lugar descubierto como propio. La espalda de muchas personas es flexible y robusta, convirtiendo cada día sus lastres en sueños, las lágrimas en una sonrisa que expresa el latir de un océano de recursos latiendo, pasos como alas en movimiento a pesar de un mundo que no reconoce a los hombres y mujeres que mueven sus vidas moviendo las de otros, a pesar de la sombra permanente a la que son sometidos en el eclipse de ilusiones. Y el “defecto”, se convirtió en efecto… Mariposa.

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