jose maria

jose maria

domingo, 27 de diciembre de 2015

CASTAÑERA



Cuando el invierno saluda al otoño, entre ocasos adornados de trajes amarillentos, la noche se come a la tarde engañando al despistado tiempo, que le quitan y le ponen entre estúpidos dilemas. Como nieta del invierno aparece la castañera, hornillo de vida y brasas, repicar de las castañas saltarinas en su pista de extraño baile.
Lleva la castañera la lumbre en sus ojos vivos, aun vidriosos  de cataratas que inundan su río al mar. Ya nadie sabe la edad de la reina en zapatillas, aunque recuerdan algunos su belleza sin igual. Princesa de los castaños, secuestrada por nogales, siempre la quiso por reina el rey del robledal.
Castañera, pone en fila a la vida, entre vaho abufandado, bajo la farola que solo se enciende cuando ella llega. Rincón de la plaza del Lazo, empedrada entre maldades, fusilamientos y amores, paseantes y besantes.
Invoca la castañera al invierno como rehén, regalo de un cielo gris, los primeros copos de nieve. Castañera de cucuruchos de papel que a los niños regala cómo sombreros de picos, vende sus castañitas y les regala poemas.
Son retales de vida, del devenir del carrito, ruedas que el alma empuja entre recuerdos de agosto.
Castañera, eres recuerdo de tu sombra bella señora, no te olvides de volver, porque sin ti no hay plaza, y la farola muere dejando sin luz el alma bajo el suspiro de piedras.

No hay comentarios: