jose maria

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martes, 8 de diciembre de 2015

ENEL DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA EL SIDA...



Las calles con la prisa de la vida. El corazón agitado. La guitarra duerme, los estudios esperan pacientes. Avanzan, se cuelan por las tuberías del tiempo. Venas de tiempo, venas de vida, de delirios y huidas. Locos argonautas, aquellos, buscando el vellocino de oro, el de la libertad en el país que lo fue de nunca jamás la habrá que creyó el dictador. 
Solidario corazón, alegre en su sí, donante infatigable, como lo son sus pies de amores.
Un timbrazo, una carta, un resultado. NO PUEDE DONAR. VIH POSITIVO.
Y la vida de pronto en negro, el miedo social, el estigma que aplasta, la pesadilla inicial, la existencia de contrabando, de puntillas entre esquinas de emociones que rechazan su mirada.
La primera lágrima, el llanto desbordado, la muerte extrañada, sin filo en su hoja. Acaricia su frente, le anima a la vida, le dice que espera.
El olor a jazmín, sus ojos azules, el pelo castaño, la boca de ensueño, sus manos aladas, el dolor del alma, el amor enterrado en la tumba del secreto de una vida sin paz.
Los cafés y las cañas, los paseos por Malasaña, los días son meses, los meses son años. La cita los jueves, cómplices de paseos, su mano le roza, la mano se aparta.  La angustia le ahoga, el amor que se asfixia, el secreto que hunde la vida en la muerte.
Y la verdad se desvela en el parque perdido, aquel que recoge su Retiro, la lluvia no cala, porque alivia el alma. Liberado de cargas no levanta los ojos. La mano le coge el mentón afilado. Eleva su rostro, frente a frente, ojos de amor, esos ojos azules, le miran sin compasión.
La boca sonríe, la mano acaricia, el beso es eterno, el amor osado, ausente de miedo.
“Pensé que nunca me dirías que me amas”, le dijo la mujer. Esa fue la traducción que hizo del secreto desvelado.
Recuerdo a todos los hombres y mujeres, muchos de ellos jóvenes, que siguen siendo parte de nuestra historia. Gracias a todos los médicos, personal de enfermería e investigadores que siguen trabajando incansables por encontrar la solución clínica. Otras soluciones, las tenemos que dar los demás.

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